Dará a conocer cuál es el pulso oficial de la construcción pública y privada, de la industria, del movimiento turístico y de los servicios públicos, cuatro sectores clave para la economía argentina

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mucha agua corrió bajo el puente en la primera semana financiera del año. Todos los sentimientos estuvieron presentes. Se comenzó con optimismo, luego sobrevino la decepción, y por último se dio paso a la cautela. Así el balance de comienzo de 2009 tiene hoy un resultado mixto. Negativo en líneas generales para los índices de los principales mercados desarrollados, pero positivo para casi toda la región de la mano de una recuperación en las commodities . Entre ellas, la soja.

Para alegría de Cristina Kirchner y sus cuentas, la oleaginosa subió cerca de 5% y cotiza nuevamente arriba de los 380 dólares por tonelada. Recordemos que la soja había tocado un mínimo de 290 dólares hace tan sólo un mes atrás.

A nivel local, y en parte gracias al petróleo -en realidad, a la buena evolución de las empresas del sector que explican ni más ni menos que más del 50% del Merval- el índice líder cerró la semana con una suba acumulada de 3,1% en los 1179,5 puntos. En resumen, el balance bursátil del indicador fueron diez subas y cuatro bajas.

En bonos, en tanto, la semana también trajo buenas noticias. A un contexto externo más estable y un mejor clima en la región -incluso países como Brasil y Colombia volvieron a los mercados de deuda internacionales-, se sumaron esta vez algunas buenas nuevas en lo local.

La primera, sanos rumores sobre la posibilidad de que el Programa Financiero 2009 estaría prácticamente cerrado, lo que debe permitir despejar las dudas sobre un posible default.

La segunda, y lógicamente relacionado al primero, la posible concreción de un canje de préstamos garantizados con los bancos que aliviaría en unos 3000 millones de dólares los pagos por realizar este año.

En este contexto, y aún luego de una toma de ganancias en las últimas ruedas, la renta fija recuperó hasta un 15 por ciento. La deuda en pesos fue la más beneficiada (el Pre9 subió 15,6% y el Pre12 10,8%, por ejemplo), mientras que en dólares la tendencia fue mixta. El Par y Descuento subieron, pero el resto cayó hasta cinco por ciento.

Lo que no cambia, lamentablemente, es la escasez de negocios. En el mercado doméstico los volúmenes son realmente mínimos. Algo, sin embargo, previsible luego de la eliminación de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP). En acciones, en promedio -y en el mejor de los casos- se operan entre 50 y60 millones de pesos diarios. En bonos la caída es aún mayor: unos $ 400 o 500 millones por rueda, cuando en octubre estos llegaban a alrededor de 1500 a 2500 millones de pesos.

Pero claramente el balance de la semana está incompleto si no se revisa cómo evolucionaron las noticias. La realidad es que a nivel global el comienzo fue auspicioso con un mini-rally que ocupó los últimos días del año pasado y los primeros del actual. El clima era de una mayor estabilidad, caía la volatilidad y una recuperación un poco más sostenida que las últimas parecía tomar forma.

No obstante, y cuando promediaba la semana, negativos datos macro en Estados Unidos y Europa volvían a alertar al mercado. Nuevamente, surgen los cuestionamientos sobre la magnitud y la extensión de la recesión. Y, más puntualmente, sobre si las medidas que están tomando los gobiernos serán efectivas. Tampoco ayudaron las noticias corporativas (ver recuadro).

Así, es claro que los mercados no resistieron. El Dow Jones cerró en 8599 puntos con una baja acumulada de un 4,8% en la semana. El S&P500 y el Nasdaq los mismo. Cayeron un 4,4% y 3,7%, respectivamente. En Europa, por su parte, las bajas promedio fueron de entre un 1,5 y un 3,5 por ciento.

Datos destacables

De hecho, entre los datos macroeconómicos, se destacan varios dignos de ser tenidos en cuenta a futuro. Uno, el informe de la CBO de Estados Unidos que pronosticó que el déficit del ejercicio 2008-2009 representaría el 8,3% del PBI contra el 3,1% del año anterior. En otras palabras, un rojo de US$ 1,2 billones, el más elevado desde la Segunda Guerra Mundial. Dos, y como frutilla del postre, la situación de empleo del viernes último que llevó a pensar sobre una recesión que empeora.

La tasa de desempleo se ubicó en diciembre en 7,2%, más arriba de lo esperado y la mayor en 16 años. Mientras que las nóminas de trabajo no agrícola cayeron en 524.000 puestos. Así, el total de estadounidenses que perdieron su empleo en 2007 alcanzó la mayor marca también desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, unos 2,6 millones.

En Europa, en tanto, alertó el índice de confianza empresarial de la zona euro, que bajó a un mínimo histórico, y los pésimos datos de Alemania y España. En esta última se observó una tasa de desempleo récord, que superó los tres millones de desocupados, y una producción que se contrajo un 15,1% (la caída más pronunciada desde 1993). De hecho, Jean-Claude Trichet, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), afirmó -aunque ya era evidente- que se produjo un deterioro significativo de la economía real.

Esta semana, sin ir más lejos, se espera que el funcionario convalide una nueva baja en la tasa de referencia de la región ubicándola en 2% anual. En los últimos días, el país que redujo su tasa en otros 50 puntos fue Inglaterra. La llevó a 1,5 por ciento.

En los próximos días, y más allá de la reunión del BCE -el jueves 15 de enero-, se deberá estar pendiente de un par de drivers . De la agenda de Estados Unidos, por ejemplo, se destaca el dato de balanza comercial, ventas al por menor y producción industrial. También se deberá estar muy pendiente de la inflación. Entre jueves y viernes se difundirá el IPP y el IPC. Hay que recordar que las últimas señales vienen siendo de una fuerte recesión con deflación, algo que claramente preocupa de sobremanera a las autoridades monetarias.

11/01/2009. Fuente: Infobae.

 

 

 

El ajuste comenzó. La realidad de la Argentina dista mucho de ser la que era hace apenas poco más de un año, cuando todavía gobernaba Néstor Kirchner.

La crisis financiera internacional y los graves errores políticos locales -como la intención de imponer a la fuerza el sistema de retenciones móviles, que abrió un frnete de conflicto con el campo y paralizó la economía- fueron el punto de inflexión .

El incremento en tarifas de servicio públicos que el ex presidente Néstor Kirchner se negó a hacer de forma gradual durante su mandato, lo debe realizar su esposa, Cristina. Y de golpe.

Pero el Gobierno omite la palabra ajuste, aunque en los hechos lo es. Los subsidios se mantendrán a pesar de los fuertes incrementos, pero con menos volumen. No desaparecerán.

En momentos en que la mayoría de los países optan por recortar impuestos e inducir a sus habitantes al consumo, el Ejecutivo consideró oportuno sacudir el bolsillo de los argentinos. Lo que no se hizo en más de 6 años, se hace todo de golpe. Encima, para las empresas es insuficiente.

En 2009 habrá incrementos en las boletas de gas, luz, en el transporte público, en los accesos a la capital Federal y se vienen más, como los de los teléfonos, con valores congelados desde hace varios años.

Si bien el reacomodamiento de tarifas era lógico en una economía cuya inflación se hacía visible a diario, el momento dista mucho de ser el oportuno, justo cuando todas las miradas apuntan a medir en cuánto tiempo puede producirse una recesión.

Los gastos del Gobierno en un año electoral no disminuirán. Eso está claro. Incluso ahora se agrega la operatoria de Aerolíneas Argentinas y la estatización de las AFJP, con sus empleados.

El ajuste -este año- lo volverán a hacer todos los argentinos. No habrá control del gasto público, sólo mayor presión fiscal con blanqueo de capitales y moratoria histórica. Y de un solo golpe, se ajustarán las tarifas que estuvieron congeladas durante más de cinco años.

09/01/2009. Fuente: Portfolio Personal.